Cada vez que se acerca la Navidad, es frecuente observar en las calles, actividades y pantallas de cine o televisión, al icónico personaje de Santa Claus, también conocido como Papá Noel.
El alegre anciano, rosado y regordete, que viste de rojo y llega a las casas de todos los niños para dejarles regalos durante la víspera de esta festividad. ¿Cuál es el origen de este personaje?
La leyenda de Santa Claus está inspirada en la vida de San Nicolás de Bari, quien nació en Turquía alrededor del año 280 después de Cristo y que posteriormente se convirtió en el obispo de Mira, una pequeña ciudad romana en la actual Turquía.
Según registros de la iglesia católica, este religioso era un hombre lleno de generosidad y bondad.
Sus padres eran cristianos y solían ayudar a enfermos y menesterosos, pero murieron como consecuencia de una epidemia, dejando a Nicolás en la orfandad, aunque protegido por cierta fortuna.
Al descubrir el llamado de Dios a entrar en religión, Nicolás repartió sus bienes entre los pobres y pidió ser admitido en un monasterio. Años después sería ordenado sacerdote. Como tal, inició un viaje de peregrinación a Egipto y Palestina con el propósito de recorrer las tierras por donde pasó el Señor.
A su regreso, se estableció en la ciudad de Myra (Turquía), en momentos en los que se debatía intensamente la elección del nuevo obispo local.
Los sacerdotes y diáconos de Myra, gracias a su buena reputación, se inclinaron por poner en el cargo al recientemente llegado Nicolás, pero poco después fue apresado por la persecución que se desató contra los cristianos, siendo liberado con la reforma del emperador constantino.
Protector de niños y marineros
San Nicolás regaló toda su riqueza heredada y viajó por el campo ayudando a los pobres y enfermos, llegando a ser conocido como el protector de niños y marineros.
Y entró por primera vez en la cultura popular estadounidense a finales del siglo XVIII en Nueva York, cuando las familias holandesas se reunieron para honrar el aniversario de la muerte de ‘Sint Nikolaas’, ‘Sinter Klaas’ para abreviar. Posteriormente ‘Santa Claus’ toma su nombre de esta abreviatura.
En 1822, el ministro episcopal Clement Clarke Moore escribió un poema navideño titulado ‘An Account of a Visit from St. Nicholas’, en el que se representaba a Santa Claus como un hombre alegre que vuela de casa en casa en un trineo conducido por renos para entregar juguetes.
Posteriormente, en 1881, el caricaturista Thomas Nast se basó en este poema para crear la versión que conocemos de Santa Claus: un hombre vestido de rojo con una barba blanca.
San Nicolás murió un 6 de diciembre, no se sabe con seguridad si del año 345 o del 352.
En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una iglesia en Constantinopla en su honor, y su devoción se hizo popular en todo el mundo cristiano.
En 1087 sus restos fueron rescatados de Myra, que había caído bajo invasión musulmana, y llevados a Bari, en la costa adriática de Italia. Por esto es llamado tanto “San Nicolás de Myra” como “San Nicolás de Bari”. En la iglesia de esta ciudad italiana reposan sus restos hasta hoy.
Algunos milagros que se atribuyen a San Nicolás
A San Nicolás de Bari se le atribuyen varios milagros, según relata Vatican News, una de las historias más antiguas sobre San Nicolás, tiene que ver con un vecino de casa que tenía tres hijas en edad de casarse, pero no tenía suficiente dinero para asegurarles una dote.
Para salvarlas de un destino de prostitución, Nicolás una noche, provisto de dinero envuelto en un paño, lo lanzó a través de la ventana de la casa del vecino y huyó inmediatamente para que no lo reconocieran y gracias a esa donación, el vecino consiguió casar a la primogénita.
Nicolás repitió su gesto generoso otras dos veces, pero la tercera noche, el padre de las jóvenes salió a tiempo de reconocer al misterioso benefactor, que sin embargo imploró, no se dijera nada a nadie.
Otra historia cuenta sobre tres jóvenes estudiantes de teología en viaje hacia Atenas. El patrón de la posada donde se habían detenido por la noche, los asaltó y los mató, escondiendo sus cuerpos en una barrica. El obispo Nicolás, también en camino hacia Atenas, se detuvo en la misma posada y tuvo en sueños la visión del delito cometido por el posadero. Recogido en oración, San Nicolás obtuvo el milagro del regreso a la vida de los tres muchachos y de la conversión del posadero malvado.
La espera de los regalos
De acuerdo con los registros de la iglesia católica, la tradición de la espera de los regalos que reparte Santa Claus se originó en los Países Bajos y en los territorios germánicos con la fiesta invernal de San Nicolás, protector de los más jóvenes.
Los niños dejan zapatos o calcetines sobre una silla o junto a la chimenea y se van a dormir confiados en que a la mañana siguiente, los encontrarán llenos de dulces y regalos.
¿Ya colgó sus zapatillas?