Después del voraz incendio que se registró la tarde del lunes en el asentamiento Los Eucaliptos ubicado en la zona 21 capitalina, las familias afectadas comienzan a regresar a donde se encontraba su vivienda; a tratar de rescatar algo, no obstante todo quedó reducido a cenizas.
Con la pena que llevan encima, las personas colaboran con las labores de descombramiento, para iniciar con la reconstrucción de sus hogares, y los testimonios y necesidades se comienzan a conocer.
Se contabilizan por ahora 42 viviendas afectadas por el incendio, las cuales albergaban el mismo número de familias, que se quedaron prácticamente, con lo que tenían puesto.
Entre las familias que aceptaron una entrevista, están los García Mita, quienes entre sus miembros tienen a un niño de 6 años, que sufre discapacidad, que le impide caminar y hablar; además que es muy vulnerable a enfermedades respiratorias.
La madre del niño, cuenta entre lágrimas, que le habían regalado una silla de ruedas que era de mucha utilidad para llevar al niño de un lado a otro, pero esta quedó reducida a chatarra, así como su carruaje, sus medicinas y la leche que le dan.
Fue de la nada verdad, y pues la verdad es que yo me asusté y salí corriendo por salvar a mi hijo que sufre de problemas pulmonares entonces salí corriendo con él y ya no pude sacar nada. Él tenía una silla de ruedas que le habían regalado y pues lo perdió todo. Perdí todas mis cosas y me quedé sin nada. Si alguien de corazón nos quiere ayudar pues que nos ayude por favor, todo es bienvenido y muchas gracias”, indicó.
Esta era la silla de ruedas que le servía al pequeño de esta familia para movilizarse.
Otra vecina del lugar comentó que ella salió a trabajar y regresa sólo para encontrarse con el desastre y ver que ya no había nada en el lugar en donde era su casa.
No tenemos nada, ni un guacal para lavarnos la cara, ni siquiera nuestro cepillo de dientes, no tenemos nada. En mi caso hasta el dinero de mi comida se me quemó, el dinero que había ganado en la semana. Una semana de mucho trabajo y esfuerzo, muchos nos conocen como trabajamos y no tener nada, duele bastante. Venir y encontrar sólo escombros quemados, nada más”.
Don Alexis, quien es miembro de otra familia que resultó afectada por el siniestro, él cuenta que cuando vieron las llamas, intentaron ayudar a sofocar el fuego, junto a otras personas y los cuerpos de socorro. No obstante, los esfuerzos no lograron detener las llamas que se extendieron por toda el área, hasta llegar a su propia vivienda; un inmueble de dos niveles que quedó reducido a cenizas.
Si se pueden dar cuenta de mi casa no quedó nada. Hasta mi pobre gatito que estaba ahí pues está calcinado. Gracias a Dios mis hijos, mi hermana y mi mamá pues están bien. Es triste y duele por las fechas que se aproximan, duele porque uno con sueños, esfuerzo y sacrificio hace algo; y pasa una tragedia de estas. Sólo nos queda dar gracias a Dios porque estamos vivos y seguir adelante”, expresó.
Fuego inició en la parte del fondo
Hasta ahora se desconoce qué originó el siniestro, pero los vecinos recuerdan cómo se propagaron las llamas, que se extendieron rápidamente, quemaron alambres de energía eléctrica, árboles y las viviendas de estas personas, pues alcanzaban casi tres metros de altura.
Lo que sí se ha indicado, es que el fuego se extendió así, por el tipo de construcción en el asentamiento.
Habilitan albergue
Mientras se realizan estas labores, se habilitó un albergue en una iglesia del sector, en la que se encuentran albergadas 37 familias afectadas. A este lugar ya comenzó a llegar ayuda básica; y las personas ya recibieron ropa.
Las personas reiteran que todo lo que las personas deseen llevar es bienvenido, pero de acuerdo a lo que se observa, estas personas necesitan colchones para dormir, pero también alimentos, agua, e incluso láminas y parales.
El lugar quedó en ruinas, pero las personas están agradecidas porque no dejó pérdidas humanas o personas heridas; ahora indican que deben apresurarse para reconstruir sus hogares en el mismo lugar.
Vecinos de Los Eucaliptos inician las labores de descombramiento.