La pirotecnia que iluminó el cielo, junto a su estruendo, fue el escenario apropiado para que muchos detonaran sus armas de fuego, sin importar el riesgo de los disparos fortuitos.
Uno de estos casos fue reportado por Bomberos Departamentales de Melchor de Mencos, en el que indican que, en una vivienda de dicho municipio, un proyectil de arma de fuego cayó a escasos centímetros de la cabeza de un bebé, que dormía tranquilamente. Debido al incidente, la celebración navideña se pudo haberse convertido en tragedia.
Otro fue reportado por Bomberos Voluntarios, en el cantón Patzité, Nahualá, que indicaron que un menor que se encontraba quemando cohetillos en la calle, fue alcanzado por una bala perdida, la que le provocó una herida en el hombro.
Mientras tanto, vecinos de la colonia 20 de mayo de San Benito, Petén, informaron que, en una vivienda, una bala perforó el techo, afortunadamente, no se reportan víctimas.
Otro caso similar se reportó por una familia de la colonia Portales, Escuintla, que señaló que su techo de lámina fue perforado por una bala.
Datos
Las víctimas de los disparos fortuitos son las personas que habitan a 5 kilómetros a la redonda. El proyectil desciende a una velocidad de hasta 160 kilómetros por hora.
Generalmente quienes resultan heridos, presentan lesiones en el cráneo y la mayoría muere instantáneamente.