Los cuerpos de un hombre y su hija que murieron ahogados mientras trataban de cruzar el río Bravo hacia Texas fueron sepultados en su natal El Salvador.
Unas 50 personas llevaban flores y seguían un auto fúnebre hacia el cementerio de La Bermeja, en el sur de la capital San Salvador. Los periodistas no tuvieron acceso a la ceremonia privada.
Los familiares y amigos, muchos vestidos de negro, llegaron en autobús el lunes de su ciudad natal de Altavista. Entre ellos se encontraba Berta Padilla, que dijo que conocía a las víctimas.
“Son unas buenas gentes y no puedo creer que murieran así”, expresó.
Una fotografía desgarradora del padre e hija que circuló por todo el orbe destacó los peligros que enfrentan los migrantes y solicitantes de asilo que tratan de llegar a Estados Unidos.