Por toda Colombo y Negombo, la ciudad costera al norte de la capital en donde un ataque con bomba dejó a 110 personas muertas, los residentes y oficinistas permanecían al interior y las tiendas estaban cerradas, dejando a ambas ciudades inusualmente en silencio.
El primer ministro Ranil Wickremesinghe dijo que todavía hay sospechosos prófugos y que podrían traer explosivos. La policía informó que busca a tres mujeres y un hombre sospechosos de estar involucrados en el atentado reivindicado por el Estado Islámico.
El exjefe de la naval Jayanath Colombage, ahora un experto en contraterrorismo, confirmó el arresto del padre de dos de los supuestos agresores. Agregó que no queda claro si el padre o su casa, en donde una explosión el domingo mató a tres agentes policiales, estuvo bajo vigilancia antes de los ataques.
El vocero de la policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekera, informó que 58 personas han sido detenidas desde los ataques.
La autoridad de aviación civil también prohibió los drones y las aeronaves no tripuladas mientras las autoridades seguían practicando explosiones controladas de objetos sospechosos cuatro días después de una cadena de ataques suicidas que causó más de 350 fallecidos en la capital, Colombo, y sus alrededores.