La policía en Sri Lanka usó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar una protesta de estudiantes que estaban acampados junto al parlamento criticando a los legisladores por no destituir al presidente Gotabaya Rajapaksa y su gobierno por la peor crisis económica del país en la memoria reciente.
La protesta comenzó el jueves luego que un vicepresidente del parlamento apoyado por el gobierno fue electo en la legislatura por un margen amplio, en lo que fue visto como una victoria clave para la coalición gobernante. Separadamente, manifestantes han estado ocupando la entrada de la oficina del presidente en Colombo, la capital, por 28 días en demanda de la renuncia de Rajapaksa y su poderosa familia.
Tiendas, oficinas y escuelas cerraron en todo el país el viernes y el transporte quedó casi completamente paralizado en medio de amplias manifestaciones contra el gobierno.
“La gente le ha estado diciendo a este gobierno que se vaya desde hace un mes. No se despertaron de pronto y lo demandaron”, dijo el líder estudiantil Wasantha Mudalige.
“Han sufrido grandes problemas que han llevado a esta demanda”.
“Están ocurriendo discusiones en esta guarida de ladrones llamada el Parlamento y ninguno de los problemas del pueblo son discutidos allí. Así que la decisión de pueblo es que el Parlamento no refleja sus sentimientos”, añadió.
Las fábricas, bancos y oficinas del gobierno también estaban cerrados y los empleados están protestando delante de los edificios. Banderas negras fueron desplegadas en las tiendas, en respuesta a un llamado de sindicatos y otras organizaciones civiles y muchos manifestantes lucieron camisetas negras.
Los manifestantes además colgaron ropa interior junto a una calle que lleva al parlamento y corearon: “Es todo lo que nos queda”.
Sri Lanka está al borde de la bancarrota y ha suspendido los pagos de sus préstamos extranjeros. Sus problemas económicos han creado una crisis política y el gobierno está enfrentando una moción de desconfianza en el parlamento, además de las protestas.