China está sufriendo un brote nacional de coronavirus tras levantar abruptamente las restricciones.
Los pacientes, en su mayoría ancianos, esperaban tendidos en camillas en los pasillos y recibían oxígeno sentados en sillas de ruedas en pleno repunte de los casos de COVID-19 en la capital de China.
La nueva subvariante de ómicron, la XBB.1.5, se está expandiendo a lo largo de Estados Unidos y representa ya alrededor del 40% de los casos de covid-19 en el país, frente al 20 % que suponía la semana pasada.
Beijing arremetió el martes contra los controles de COVID-19 a pasajeros procedentes de China y amenazó con adoptar medidas contra las naciones implicadas, incluyendo Estados Unidos y varios países europeos.
En China, la relajación de las restricciones permitió que los residentes celebrasen el Año Nuevo en reuniones multitudinarias, a pesar del aumento de los contagios en gran parte del país.
En noviembre, el Partido Comunista gobernante empezó a suprimir las pruebas de coronavirus, la cuarentena y otras restricciones, en su intento de revertir una recesión económica cada vez más profunda.
España requerirá que todos los pasajeros aéreos que lleguen de China tengan pruebas negativas de COVID-19 o comprobante de vacunación, dijo el gobierno el viernes.
Estados Unidos empezará a exigir pruebas de COVID-19 para todas las personas provenientes de China, uniéndose a otros en imponer ese tipo de restricción debido al repunte de la enfermedad en el país asiático.
Las personas que llegan a China aún necesitarán una prueba de virus negativa 48 horas antes de la salida y los pasajeros deberán usar mascarillas a bordo, informó la comisión de salud.
El anuncio se produce días después que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dijo muy preocupada por los crecientes reportes de casos graves en China luego que el país abandonó en gran medida su política de “cero-COVID”.
Cada nueva infección ofrece una oportunidad para que el virus mute, y la enfermedad se está propagando rápidamente por China.
Es una estricta definición que limita el número de decesos reportados, en medio de un brote del virus tras el levantamiento de las restricciones contra la pandemia en el país.
China ha comenzado a relajar su dura estrategia de “cero COVID” y ahora permite que los enfermos sin síntomas graves se queden en casa en lugar de surgir a centros de cuarentenas.
Los expertos expresan también su preocupación por una nueva especie invasiva de mosquito que prospera en ciudades, son resistentes a muchos pesticidas y podrían desbaratar años de progresos contra la malaria.
Las restricciones abarcan ciudades y pueblos desde el centro manufacturero del sur, Guangzhou, hasta Beijing, en el norte.
Los internautas expresaron su enojo hacia la política “cero COVID” del Partido Comunista y exigieron que se castigue a los funcionarios de Zhengzhou por no ayudar a la población.
La capital de China, Beijing, cerró parques e impuso otras restricciones mientras el país enfrenta una nueva ola de casos de COVID-19.
China mantiene su política estricta de “cero COVID” a pesar del número relativamente bajo de contagios que registra y de la ausencia de decesos ligados al coronavirus.
Siete personas fueron detenidas en el noreste de China tras enfrentamientos entre residentes y las autoridades que aplican las cuarentenas contra el COVID-19, dijo la policía de la región.
Autoridades sanitarias han alertado sobre el aumento de casos positivos de Covid-19 de un 3 a 4 por ciento.