Cadenas escarlatas se exhiben pacíficamente frente a un triste telón gris. Los ahora oxidados grilletes que alguna vez encadenaron tobillos humanos durante los viajes del siglo XVIII de África a algún puerto europeo, y luego hacia el continente americano.
La Policía nigeriana allanó el lugar, en el estado de Kaduna, donde encontraron a los cautivos en condiciones inhumanas.
Las víctimas eran sometidas a "agresiones físicas, insultos, presiones psicológicas, tratos humillantes y castigos".