Un potente terremoto de magnitud 6,8 sacudió la costa sureste de Cuba, precedido de otro fuerte movimiento telúrico, cuando el país se recupera del huracán Rafael que golpeó esta semana el oeste de la isla, dejándola totalmente a oscuras por casi dos días.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) situó el epicentro del primer sismo a 23,5 kilómetros de profundidad en el océano, cerca de la costa de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, y a unos 175 kilómetros de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país.
“Se han producido deslizamientos de tierra, afectaciones en viviendas y tendido eléctrico”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel en su cuenta de X.
El mandatario pidió a la población de la zona “salir y mantenerse en lugares abiertos” para “salvar las vidas”.
Los movimientos telúricos se percibieron en todas las provincias del oriente, además de Camagüey y Ciego de Ávila (centro), según informó el periódico oficial Granma, sin reportar hasta ahora pérdidas humanas.
Los sismos son frecuentes en la región oriental de Cuba, y en particular en Santiago de Cuba, región que coincide con los límites de las placas tectónicas Caribe y Norteamérica, que están en continuo desplazamiento.
La gente sintió también la fuerte réplica en Bayamo, capital de Granma -de 140.000 habitantes -, ubicada a 50 km de Bartolomé Masó.
El temblor sacude la isla cuando el país se recupera del azote de Rafael, un huracán categoría 3, que golpeó el oeste del territorio dejándolo por casi dos días con un apagón generalizado.
El restablecimiento gradual de la electricidad continuó el domingo en las zonas más afectadas, sobre todo en La Habana.
Alrededor del 85% de los hogares de la capital han recuperado la electricidad, según las autoridades, mientras que dos provincias occidentales, Artemisa, la más afectada por el huracán, y Pinar del Río, en el extremo occidental, siguen sin electricidad.