El Ministerio de Cultura y Deportes declaró como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación; la tradición quichelense “Los Gateadores, sus manifestaciones y elementos culturales asociados”.
La declaración se hace debido a su valor histórico, cultural y por contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional y sentido de pertenencia; indica la cartera de cultura y deportes.
Por lo tanto, el ministerio instruye al Departamento de Bienes Culturales y Coloniales de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Viceministerio de Patrimonio Cultural y Natural de ese ministerio; para que realice la inscripción correspondiente.
Medidas de protección, defensa e investigación
El artículo tres instruye a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural a efecto que por medio de sus direcciones y departamentos técnicos competentes; dicten las medidas de protección, defensa e investigación pertinentes para la conservación de esta manifestación cultural.
Por otro lado el artículo 4 aclara que la presente declaración no representa ninguna responsabilidad financiera para la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural.
El presente acuerdo ministerial surte sus efectos legales el día de su publicación en el Diario de Centroamérica.
La tradición quichelense de Los Gateadores
El Ministerio de Cultura y Deportes detalla que en el municipio de San Andrés Sajcabajá, ubicado en el departamento del Quiché, se realiza una tradición única del pueblo K´iche´ denominada “Los Gateadores”.
La tradición involucra expresiones y elementos culturales como la vestimenta, tradición oral, ritos, así como elementos asociados como las espinas y látigos, alfombras, entre otros, que constituyen una manifestación cultural que se realiza cada Viernes Santo, en la cual participan diversos grupos de personas de forma voluntaria.
Estas personas representan la Pasión de Cristo para expiar los pecados de una vida aprisionada por el pecado y la tentación.
Esta manifestación cultural y tradición religiosa en su etapa pública, consiste en un recorrido que se realiza por las calles del municipio, de un Templo a otro.
En esta también se integran otras agrupaciones como los Changaliques, el Vía Crucis, los portadores de la Cruz de madera, los Ximones, los Calacas y los Cantares; todas integradas en una misma manifestación, la cual es única y está arraigada en la población local.
Penitencia y agradecimiento
Más allá de la tradición, este acto que se realiza cada Viernes Santo, representa una penitencia por los pecados cometidos, así como una forma de dar gracias.
Los participantes, que son hombres comprendidos entre los 18 y 40 años recorren de manera voluntaria, un trayecto de cinco kilómetros, gateando y con espinas sobre su cuerpo. También se cubren el rostro y utilizan una corona de espinas.
En el camino, otras personas colocan pedazos de tela, formando un tipo de alfombra que caen sobre pino.
Otra característica de esta tradición es que los voluntarios deben separarse de su familia durante 40 días, tiempo en el que deben abstenerse a consumir cualquier tipo de carne y tener relaciones sexuales. Además que debe realizarse por siete años.