Miles de transportistas paralizaron sus actividades este jueves en Lima y el contiguo puerto de Callao, en una protesta inédita contra las extorsiones y el asesinato de tres conductores en las últimas semanas por parte del crimen organizado.
“Este flagelo de la delincuencia avanza cada vez más. No resistimos más esta intimidación”, dijo a la AFP Martín Valeriano, presidente de la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra).
Al menos 3.000 vehículos dejaron de prestar el servicio por 24 horas en amplios sectores de la capital peruana de 10 millones de habitantes, así como en Callao, de acuerdo con estimaciones del gremio.
Desde tempranas horas los usuarios se agolpaban en paradas o hacían largas filas en las estaciones de ómnibus.
Organizaciones de mototaxistas también se sumaron a la medida que obligó a varios colegios y universidades a suspender las clases presenciales.
Las autoridades no han ofrecido todavía un primer balance de la jornada.
Los transportistas que guardaron sus vehículos realizan una marcha en dirección al Congreso, en el centro de Lima, con ataúdes de cartón y carteles con consignas como “Basta de muertes a los transportistas” y “No a las extorsiones”.
En Lima y Callao hay 470 empresas de transporte y “estimamos que al menos 50 están siendo extorsionadas”, indicó Valeriano.
Las bandas exigen el pago de hasta 50.000 soles (13.500 dólares) mensuales por compañía. Cuando las empresas se rehúsan, atacan a tiros los vehículos, incluso con pasajeros dentro. En lo corrido del año van 14 atentados y tres choferes asesinados, según el dirigente