Múltiples quejas por acoso vertidas en su contra impidieron que el brasileño Paulo Abrão viera prolongado por cuatro años más su contrato como secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, comunicó por carta a la CIDH, órgano de la OEA, su decisión de no prorrogar el contrato de Abrão, concluido a mediados de agosto, debido a decenas de denuncias en contra del funcionario.
Unas 60 denuncias fueron presentadas ante la Ombudsperson, Neida Pérez, las cuales van desde acoso laboral hasta manipulación de concursos y contrataciones.
Lamentablemente no se ha podido avanzar en el proceso de designación del secretario ejecutivo de la CIDH, debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados de garantizar y promover los derechos de las y los funcionarios de la Organización”, se lee en un comunicado emitido por Almagro.
Según el documento, las quejas contra Abrão no fueron trasladadas a la Oficina del Inspector General para su sustanciación, como correspondía, pese a que algunas llevaban meses de haberse presentado.
Esta falta de tramitación es un duro golpe a su credibilidad”, reza el texto, en el cual se recrimina a la CIDH su falta de acción, pese a “la seriedad y gravedad de las denuncias”.
Almagro aseguró que respeta tales condiciones y repudió la supuesta intención de la Comisión de “pretender generar confusión respecto a lo que constituye la responsabilidad y rendición de cuentas funcional individual de uno o más funcionarios y lo que constituye la autonomía de la CIDH”.
