El presidente Donald Trump anunció el martes la suspensión del aporte económico de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión controvertida que se produce tras semanas de desencuentros y en medio de la pandemia de la COVID-19.
Hoy he dado instrucciones a mi Administración para que congele los fondos para la Organización Mundial de la Salud, anunció el mandatario en su intervención diaria desde la Casa Blanca.
No obstante, el presidente matizó que la suspensión se llevará a cabo “mientras, se realiza una revisión de su papel y de su grave mala gestión frente a la propagación del coronavirus”.
“Con la pandemia de la COVID-19 estamos profundamente preocupados sobre si el dinero de los estadounidenses ha sido empleado de la mejor manera posible”, declaró Trump, quien, si embargo, aseguró que no es una “cuestión de dinero”.
El mandatario volvió a defender su gestión de la crisis generada por el coronavirus y aseguró que su decisión de desmarcarse de las directrices de esta organización vinculada a las Naciones Unidas salvó “miles de vidas”, en referencia a restringir los viajes procedentes de China, en enero, una decisión que fue criticada por la OMS y por la comunidad internacional.
La decisión de mantener las fronteras abiertas fue una de las grandes tragedias y oportunidades perdidas de los primeros días (…). Mirad cómo les fue a otros países que siguieron las directrices de la OMS, declaró Trump, en referencia a naciones como España e Italia.
En la intervención ante la prensa y junto al equipo designado por la Casa Blanca para gestionar la pandemia, Trump opinó que “la OMS se centró mucho en China”, un país al que Washington ha acusado de falta de transparencia a la hora de informar sobre el brote del nuevo coronavirus a finales del año pasado.
Trump insistió en que si China y la organización internacional de salud hubieran trabajado con transparencia se habrían podido salvar miles de vida “y el daño económico hubiera sido menor”.
Trump fustigó, además, duramente el nivel de información manejado por el Gobierno chino y espetó: “El gobierno chino no fue transparente (…). Cometieron muchos errores y ahora esto es lo que recibimos de la OMS”.
En cualquier caso, el presidente señaló que su Administración quiere “encontrar otros caminos” para trabajar con las demás naciones y “detener el avance de la pandemia”.
Vuelta a la vida cotidiana
El presidente de EE.UU. aseguró, además, que la planificación para “reabrir el país” está casi acabada y que “pronto” compartirá los detalles con “todo el mundo”.
Estamos próximos a reabrir el país, aseguró. “Me reuniré próximamente con los gobernadores de los 50 estados de manera individual, incluso”.
“El día está muy cerca porque todos los estados no están en las mismas condiciones. Muchos estados, aproximadamente veinte, quizás, reabran la economía antes del 1 de mayo”, sostuvo. El resto, dijo, tardará “un período más largo de tiempo en abrir”.
“Si la Administración no está de acuerdo con la apertura de un estado, no dejaremos que esto suceda”, afirmó el mandatario y agregó que no pondrá ninguna presión sobre los gobernadores.
Además del anuncio de las medidas a tomar para la reapertura económica Trump adelantó: “el viernes me reuniré con líderes religiosos” para conversar sobre las actividades públicas de las iglesias.
Trump informó que se están haciendo estudios “para disponer de 10 mil tests rápidos de saliva que serán eficientes” en la detección de la pandemia de la COVID-19.
En este mismo sentido, el presidente dejó entrever que quienes lleguen a los puntos fronterizos con EE.UU. deberán hacerse las pruebas para comprobar si son portadores del virus.
Estados Unidos, según datos de la Universidad Jonhs Hopkins, alcanzó este martes la fatídica cifra de las 602.989 personas contagiadas por la COVID-19 y 25.575 han fallecido en el país.