Túnez ha prohibido el uso del nicab en las instituciones públicas, medida que llega tras los atentados terroristas que sacudieron la capital del país a finales de junio.
Este viernes, el primer ministro tunecino, Youssef Chahed, firmó una ordenanza que impide el acceso a las oficinas gubernamentales a cualquier persona con el rostro tapado con dicho velo –usado por algunas mujeres musulmanas que cubre toda la cara a excepción de los ojos–, citando “razones de seguridad”.
La decisión se produce en medio de los esfuerzos por incrementar la seguridad, después del doble ataque suicidaperpetrado en las calles capitalinas el pasado 27 de junio, cuya autoría fue reivindicada por el Estado Islámico. Dichos ataques han tenido lugar durante la temporada alta de turismo y meses antes de las próximas elecciones.
La Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH) pidió que esta prohibición sea temporal. Señalan que la situación actual que vive el país justifica la decisión.
Ya en febrero del 2014, el Ministerio del Interior autorizó a la Policía la realización de un control reforzado de las personas con nicab, en un intento por apoyar la lucha contra el terrorismo, alegando que los sospechosos visten el velo para ocultarse y huir de la justicia.
Una disposición parecida se adoptó en Sri Lanka, donde se ordenó una prohibición total de cualquier tipo de máscara o prenda que cubra la cara. El Gobierno esrilanqués tomó la decisión una semana después de las explosiones, que tuvieron lugar el pasado Domingo de Pascua, y se cobraron la vida de más de 250 personas.