Los filisteos, descritos en la Biblia como unos de los principales rivales de los israelitas, migraron hacia Palestina —a que dieron su nombre— desde el sur de Europa, aseguran los autores de un artículo publicado este miércoles en la revista Science Advances.
Los expertos han llegado a esta conclusión a partir de un estudio genético de restos humanos encontrados en la ciudad filistea de Ascalón, ubicada a orillas del mar Mediterráneo al norte de la Franja de Gaza.
Al analizar el ADN que se conserva en los esqueletos de tres épocas —Edad de Bronce (siglos XVII-XIII a. de C.), comienzos de la del Hierro (finales del siglo XII a. de C.) y fase tardía de esta última (siglos X y IX a. de C.)— los expertos descubrieron variaciones considerables en el genoma.
Inmigración procedente de Europa
A pesar de que los tres grupos están relacionados mayoritariamente con el acervo genético de Oriente Próximo, los individuos fallecidos en torno al año 1100 a. de C. presentaban importantesniveles de ascendencia europea.
De este modo, el análisis del ADN confirma definitivamente la hipótesis sobre la procedencia de los filisteos de los llamados pueblos del mar, protagonistas de una oleada inmigratoria al Mediterráneo oriental en el siglo XIII a.C. Estos levaron al Próximo Oriente, incluidas las tierras israelíes y palestinas actuales, la metalurgia del hierro.
“Encaja con los textos egipcios y otros que tenemos, y concuerda con [el material arqueológico]”, dijo a National Geographic el director de la expedición Leon Levy en Ascalón, Daniel Master.
Los orígenes más probables del componente genético europeo son Creta, Cerdeña y la península Ibérica, afirman los autores.
¿Pueblos enemigos? ¿O no tanto?
Es curioso que los descendientes de estos migrantes solo dos siglos después de la invasión presentan una tasa baja de genes europeos a pesar de la continuidad en la cultura material.
De ello se deduce que los pueblos del mar se mezclaron con las poblaciones semitas locales, asimilándose genéticamente con ellas, a pesar de que en la Biblia se les caracterice como enemigos jurados de los israelitas.
“Es interesante ver cómo [el genotipo de los filisteos] cambió tan rápidamente. Porque si solo nos basáramos en los textos hebreos se pensaría que nadie quiso mezclarse con ellos, ¿verdad?”, se pregunta el director de la expedición arqueológica.