CARACAS (AP) — Entre un mar de banderas venezolanas y al grito de “¡sí se puede!”, miles de opositores, vestidos algunos con camisetas blancas y gorras tricolor, salieron el sábado a marchar por autopistas y avenidas del este de la capital, mientras el gobierno de Nicolás Maduro hacía frente a un apagón nacional que se ha extendido por más de 40 horas en algunas partes de la capital y ciudades del interior.
Luego de bloquear por algunas horas el paso a la marcha, centenares de policías, armados con escudos y equipos antimotines, abrieron el paso a miles de manifestantes que entre aplausos y gritos celebraron que se les permitiera avanzar hacia la avenida Victoria, en el oeste de la capital, donde fue el punto final de la movilización.
En medio de la multitud apareció el líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien montado sobre un vehículo y con la ayuda de un megáfono, anunció que en los próximos días iniciará recorridos por todo el país, junto a otros congresistas, para unificar las fuerzas opositoras y luego organizar una gran movilización hacia la capital.
“Van a venir días duros”, afirmó Guaidó al llamar a los opositores a prepararse para nuevas acciones del gobierno para desalentar a las fuerzas opositoras. “Todas las opciones están sobre la mesa”, afirmó el líder opositor, que es reconocido como presidente interino de Venezuela por más de medio centenar de países, al asegurar que está dispuesto a utilizar todos los recursos previstos en la constitución para lograr la salida de Maduro del gobierno.
Sosteniendo con sus manos un cartel en el que se leía “SOS Venezuela”, María Consuelo Fernández, una educadora de 47 años, afirmó con los ojos llenos de lágrimas que seguía en las calles “porque quiero un futuro mejor para mis dos hijos que no se merecen lo estamos viviendo”.
Con respecto al apagón que aún persiste en algunas zonas de la capital y ciudades del interior Fernández dijo que “todo es producto de la ineficiencia del gobierno. Todos estos años lo que han hecho es robar en vez de encargarse de lo que tienen que encargarse”.
Arropado por una bandera venezolana de más de tres metros de largo, Carlos Bracho, un misionero católico de 28 años, dijo que decidió salir a las calles para expresar “nuestra indignación por el deterioro tan fuerte de la situación país”.
“Algo tenemos que hacer para que las cosas cambien”, dijo Bracho al descartar que vaya amilanarse luego de más de un mes de protestas sin mayores avances para la oposición, y sostuvo “que seguiremos en la lucha pacífica en las calles. Nada nos va a detener”.
Al mismo tiempo, miles de seguidores del gobierno, milicianos y empleados públicos, vestidos algunos con camisetas rojas, se sumaron a la “marcha antiimperialista” que se realiza en una de las principales avenidas del centro de la capital en rechazo a las presiones que ha ejercido Estados Unidos, en alianza con la oposición local, contra Maduro. Éstas incluyen nuevas sanciones económicas para cercar financieramente al gobierno, muy golpeado por la crisis económica, y la suspensión de visas a funcionarios venezolanos.
La movilización finalizará con una concentración en el palacio de gobierno.
“Nos plantamos con firmeza para defender nuestra tierra y gritar con fuerza: ¡Yankee Go Home”, afirmó Maduro en su cuenta de Twitter al reiterar los señalamientos contra Estados Unidos al que acusó de intensificar sus “brutales agresiones” contra Venezuela para “echarle mano a nuestros recursos naturales”.