Escocia decidía el jueves si quería un nuevo referéndum de independencia. Bajo ese marco, casi 4,3 millones de ciudadanos, de una población total de 5,4 millones, se habían registrado para los comicios autonómicos.
Varios centros de votación fueron abiertos en ese país para llevar a cabo este evento cívico. En uno de los centros ocurrió una escena insólita y llamativa: un gato “fue expulsado” del área donde se emitía el sufragio.
Prohibiciones
En los centros de votación no se permitía el ingreso de mascotas, armas de fuego y niños, así que los fiscales de mesa procedieron a retirar al gato mientras su dueño emitía su voto.
En contexto
Escocia busca independizarse de Reino Unido, aunque el primer ministro británico, Boris Johnson, se resiste a la idea de que, bajo su Gobierno, se fragmente el país, pero hasta ahora no ha dado un rotundo no a la idea, en parte porque es consciente de que el precedente de 2014, cuando Escocia también intentó independizarse, debilita su posición legal.