La quimioterapia y la radioterapia pueden llevar a la infertilidad en la vida adulta, pero una investigación puede dar lueces de una posible solución.
Más del 80% de los niños que fueron tratados de cáncer sobreviven, pero el 30% de ellos se vuelven infértiles en la edad adulta. La quimioterapia y la radioterapia para el tratamiento de enfermedades malignas pueden tener como consecuencia la infertilidad. En adultos, esto tiene rápida solución. Estos pueden dar su esperma para la crioconservación y luego usarlo para la fertilización in vitro. Sin embargo, los varones antes de la pubertad no tienen esa posibilidad ya que aún sus órganos reproductores están en desarrollo.
Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Pittsburgh, logró obtener una cría sana a partir de espermatozoides obtenidos de los testículos de un mono Rhesus macho prepúber, lo que significaría una pequeña luz de esperanza para los niños que se someten a los tratamientos contra el cáncer, informa Science.
Para llegar a este resultado, los científicos analizaron a cinco monos macho prepúber. Las muestras del tejido fueron enviadas para la crioconservación, y después de un tiempo las descongelaron y las trasplantaron al mismo macho. Después de que alcanzaron la pubertad, les cortaron nuevamente el tejido del testículo trasplantado, sacaron esperma y lo usaron para la fertilización in vitro. Los autores del estudio creen que esta técnica ayudará a restaurar la fertilidad de los hombres que la perdieron en la infancia durante un tratamiento de cáncer.
“Al nacer Grady (así llamaron a la cría) demostramos que es posible crioconservar el tejido de los testículos inmaduros y luego usarlo para restablecer la fertilidad en la edad adulta”, dice el líder del estudio Kyle Orwig.
Si bien los autores creen que la aplicación de esta técnica será limitada pues si la persona tuvo cáncer que se metastatizó en los testículos, no será posible utilizar dicho tejido para el trasplante, este método funcionaría para hombres que se sometieron a un trasplante de médula ósea durante la infancia durante el tratamiento de enfermedades benignas de la sangre (por ejemplo, beta-talasemia) o sufrieron formas de cáncer que no desencadenaron en metástasis.
Por otro lado, ovejas, que han sido inseminadas con el esperma más antiguo existente, han tenido descendencia, según un comunicado de prensa de la Universidad de Sydney. Según los científicos, el semen almacenado a -196 grados centígrados durante 50 años y las muestras congeladas recientemente tuvieron una eficacia similar.
Fotos: Shutterstock