El Papa Francisco brindó un mensaje de esperanza el miércoles contra las tinieblas que cubren los conflictos y las relaciones en amplias partes del mundo, desde Medio Oriente a América y África.
El máximo líder de la Iglesia Católica dijo a decenas de miles de turistas, peregrinos y romanos, reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar el tradicional mensaje de Navidad, que “la luz de Cristo” es más grande que las tinieblas “en los corazones humanos” y los conflictos “económicos, geopolíticos y ecológicos”.
Los Papas utilizan el mensaje tradicional “Urbi et Orbi” (a la ciudad y el mundo) para referirse al sufrimiento en el mundo y reclamar soluciones.
Francisco habló del pueblo sirio, “que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio”, y también de “Tierra Santa donde nació el Salvador del Mundo, y donde continúa la espera de tantos que, incluso en la fatiga, pero sin desesperarse, aguardan días de paz, de seguridad y de prosperidad”.
Se refirió también a la crisis en el Líbano, las tensiones sociales en Irak y la “grave crisis humanitaria” en Yemen.
Observó que varios países de América “están pasando un período de agitaciones sociales y políticas” y mencionó en particular al “querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales”.
Sobre la migración
Habló, además, de los migrantes, forzados por la injusticia a “emigrar con la esperanza de una vida segura”. En lugar de hallar aceptación, suelen encontrar abusos, esclavitud y tortura en “en campos de detención inhumanos” o la muerte en peligrosas travesías por el mar o el desierto.
Y una vez que arriban a “lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna”, encuentran “muros de indiferencia”.
El papa hizo votos de esperanza por la población del este Congo, “martirizada por conflictos persistentes”, y por los pueblos de Burkina Faso, Mali, Níger y Nigeria, donde hay persecución religiosa.