Un niño de 12 años, a quien denominaremos “F” por resguardo a su identidad, previo a irse a su jornada estudiantil vespertina, aprovechó que una mujer adulta mayor, que cuidaba de varios niños, salió a la tienda para ir bajo, engaños, a traer a una niña de 4, a quien denominaremos “L”.
“F”, le indicó que jugarían un momento, invitación que la pequeña no pudo negar y de inmediato se fue con él. Detrás de “L” su primo de 3 años, también quiso incorporarse al aparente juego, pero a mitad del camino, “F”, lo hizo regresar bajo engaños. En ese momento aprovechó para ingresar a la niña a su casa, la cual queda a escasos 10 metros de donde se encontraba la pequeña y la ultrajó.
“L”, tras lo ocurrido, salió corriendo con dificultad hacia la casa de su abuela y se acostó en una cama. Llorando, indicó que le dolía mucho debajo de su ombligo. Fue entonces cuando la tía de “L”, María Candelaria, observó que su sobrina tenía su pequeño pantalón de tela color rosa, ensangrentado. Al consultarle, qué le había ocurrido, la niña acusó a su primo, “F”, de haber cometido la barbarie. De inmediato alertaron a Bomberos Voluntarios, quienes trasladaron a la pequeña víctima hacía el área de pediatría del Hospital Roosevelt.
Mientras todo ese impensable escenario se desarrollaba, el cual ocurrió alrededor de la 1 de la tarde de este martes, “F”, se bañó tras cometer el ultraje, se puso su uniforme y se dirigió hasta el Instituto de la Aldea Concepción. En lugar fue conducido por elementos de la Policía Nacional Civil, quienes lo salvaron de ser linchado. Esto porque un grupo de vecinos al enterarse de los sucedido buscaban hacer justicia por su propia mano.
“F”, se encuentra en custodia policial en la oficina de Atención a la Víctima del Ministerio Público para posteriormente ser trasladado hacía un Juzgado de Menores en Conflicto con la Ley Penal. Mientras “L” es evaluada por médicos forenses del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
La niña junto a su abuela, cuando era trasladada hacia el hospital.
Antecedentes
“L” es dejada cada mañana en casa de su abuela, por parte de sus padres, quienes deben trabajar y tal situación los obliga a dejar a su hija. “F”, se queda solo en su vivienda, debido a que sus padres, también trabajan. Según versión de la tía de ambos, María Candelaria, no es la primera vez que el niño mostraba este tipo de conductas. Las mismas han sido visibles desde hace seis meses atrás. Cuando intentó abusar de otra prima de 6 años, inclusive, lo había intentado antes, en una ocasión con “L”.
Al entrevistar a “F”, sobre el por qué había cometido tal hecho, este indicó que “La niña se lo pidió, incluso fue la pequeña quien se desvistió y le pidió que le hiciera cosas”. Al preguntarle: ¿Cómo una niña de 4 años, pudiese haberle pedido que cometiera dicho acto? “F” no hacía más que bajar el rostro y guardar silencio.
La complicada situación involucra a dos niños, uno desde la perspectiva de victimario y otra de víctima. Grupos que trabajan con menores de edad, alertan a padres y sus autoridades a tomar acciones en torno al cuidado y desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes.
Expertos en salud mental, indican que nada justifica lo que el niño cometió. Sin embargo, previo a condenarse al mismo, deben evaluarse varios factores, antes de emitir un juicio previo. Añaden que ambos necesitarán apoyo psicológico. Así como las familias involucradas.