La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas informó este viernes que estableció la identidad de tres víctimas más de la masacre del 22 de enero donde se encontraron 19 cuerpos carbonizados, inicialmente se presumía que eran migrantes guatemaltecos.
En un comunicado especificaron que son tres hombres de nacionalidad guatemalteca quienes respondían al nombre de:
Edgar López y López
Adán coronado
Ribaldo Danilo Jiménez
Las identidades se establecieron mediante los estudios de perfiles genéticos, con lo que suman a este momento ya siete personas, dos de nacionalidad mexicana y cinco originarios de Guatemala.
Jesús M de nacionalidad mexicana.
Daniel P de nacionalidad mexicana.
Elfego RM de nacionalidad guatemalteca.
Marvin AT de nacionalidad guatemalteca.
Edgar López y López, originario de la Aldea Chicajalaj, Comitancillo, San Marcos. Fue deportado de los Estados Unidos, hace como tres meses, dejando a su esposa y sus hijos en tierra estadounidense. El sueño de volver a ver a su familia lo llevó a la muerte en la masacre ocurrido en zona fronterizo mexicano.
Según las autoridades, los mexicanos identificados se dedicaban al tráfico de personas. Mientras que los guatemaltecos se encontraban en condición de migrantes en el territorio mexicano.
Sobre las 12 víctimas restantes en los próximos días se informará sobre la identidad y el proceso de entrega conforme a los perfiles genéticos. Cuentan con los datos proporcionados por las autoridades guatemaltecas, que se consideran familiares de los fallecidos.
El Caso
El 22 de enero se informó de la localización de los cuerpos baleados y carbonizados de 19 personas, supuestamente guatemaltecos según medios locales, estaban en varios vehículos en el poblado de Santa Anita, en el municipio de Camargo, en el estado de Tamaulipas.
Una docena de policías estatales fueron arrestados por asesinar presuntamente a 19 personas, entre ellos varios migrantes guatemaltecos, cuyos cuerpos aparecieron baleados y calcinados cerca de la frontera con Estados Unidos a finales de enero, anunciaron las autoridades mexicanas.
El suceso revivió el recuerdo de la espantosa masacre de 72 migrantes cerca de la localidad de San Fernando, en el mismo estado plagado de bandas, en 2010. Aquellas muertes fueron perpetradas por un cártel del narcotráfico, mientras que es probable que a muchos les resulte más impactante que las del 22 de enero fuesen cometidas supuestamente por agentes.
El fiscal no explicó los motivos que podrían haber tenido los policías, aunque en México, agentes locales y estatales corruptos están a menudo a sueldo de los cárteles. Estas bandas suelen cobrar a los traficantes de migrantes por cruzar sus territorios y secuestran o matan al grupo del que no haya pagado o lo haya hecho a rivales.