La Superintendencia de Bancos (SIB) en Guatemala, dio a conocer por medio de un comunicado oficial que las criptomonedas o monedas virtuales no son monedas de curso legal en el país.
Entre este método virtual de pago destacan el Bitcoin, Ethereum, Ripple y otras similares, pero ninguna tiene validez de acuerdo a la Ley Monetaria de Guatemala. Esta última específica que únicamente el quetzal es la unidad monetaria y en ese sentido, solo en Banco de Guatemala (BANGUAT) puede emitir billetes y monedas del mismo.
El comunicado hace énfasis en que las monedas virtuales no pueden ser utilizadas para transacciones o medios de pago de bienes y servicios dentro del país.
Las monedas virtuales no son respaldadas por el Estado de Guatemala, no se consideran divisas, no están garantizadas, ni se puede obligar a ser aceptadas como medio de pago en transacciones de bienes y servicios. Indica
El ente rector de bancos añade que las plataformas de transacción o personas que se dedican a la venta y comercialización de monedas virtuales en Guatemala, no se encuentran bajo la vigilancia o inspección de la SIB, por lo que podrían no cumplir con estándares de seguridad o procesos de mitigación del riesgo. Esto daría pie a presentar posibles fallas de seguridad que generen altos riesgos para los usuarios, es decir podrían ser víctimas de fraude.
Además señalan que muchas de estas plataformas se encuentran operando desde otros países, por lo que su regulación y supervisión se encuentran fuera del ordenamiento nacional.
Criptomonedas de alta volatilidad
Derivado de la especulación que se ha generado en el paós, las personas que adquieran este tipo de moneda virtual, se exponen a altas volatilidades del precio, por lo que el valor de la misma podría aumentar o reducirse drásticamente e incluso llegar a cero.
Es importante agregar que estas transacciones son anónimas y en otras jurisdicciones se ha señalado de su uso en distintas operaciones ilícitas, como en captaciones no autorizadas de recursos, lavado de dinero y financiamiento de terrorismo.
En sintésis, quienes adquieran estas criptomonedas quedan expuestas a los distintos riesgos que las mismas conllevan y al momento no se encuentran amparados por la protección de ninguna entidad en el país.
Superintendencia de Bancos reporta 488 transacciones sospechosas