Este domingo continuaron los sepelios en el municipio de Comitancillo, de donde eran originarios 12 de los 16 migrantes guatemaltecos que murieron en la masacre de Tamaulipas, México.
A la una de la tarde, en el cementerio de la localidad, familiares y amigos despidieron al migrante Adán Coronado de 35 años; esposo y padre de dos niños. En su juventud decidió ser maestro pero la falta de oportunidades lo obligó a salir del país.
Quienes lo conocían comentaron que el sueño de este joven padre de familia era encontrar la manera de darle un futuro mejor a toda su familia.
Un padre ejemplar
Este joven nació en el centro de Comitancillo y vivía con su familia en la casa de sus padres quienes lo recuerdan como un hijo amoroso y un padre ejemplar.
Su esposa y sus hijos lloraron su partida, pero sintieron la solidaridad de todos sus familiares y del pueblo que los acompañó en todo momento.
Desde la llegada de los cuerpos a Comitancillo, que es el municipio que sufrió más pérdidas por esta masacre, han sido sepultados tres de los 12 compatriotas originarios de esa región.
Además de ellos, también hubo un migrante del municipio de Sipacapa y otro de Catarina, San Marcos; así como dos originarios de Baja Verapaz; cuyos cuerpos ya se encuentran con sus familias para recibir cristiana sepultura.