Las leyendas del Girondins de Burdeos se juntaron para homenajear los cien años de historia del estadio que les vio jugar, el Chaban-Delmas, antigua casa del equipo francés en el que militaron varias estrellas mundiales como, por ejemplo, Zinedine Zidane, exjugador y entrenador del Real Madrid, que formó parte de ese vestuario desde 1992 hasta 1996. El francés disputó tan solo 44 minutos, pero fue tiempo suficiente para que dejara destellos de su calidad y de su magia, esa que maravillaron al mundo entero durante su época de futbolista en activo.
La estrella gala, a sus 51 años, dejó perplejos a todos los aficionados que se dieron cita en Chaban-Delmas con su increíble toque de balón y sus jugadas, muchas de las cuales iban dirigidas hacia Pauleta, mítico delantero portugués que también militó en el conjunto de Burdeos. Una de las jugadas más aplaudidas de la tarde fue, sin duda, cuando Zidane controló el esférico, dio la media vuelta y sin dejar caer el balón avanzó por la banda izquierda dando sucesivos toques sin que el cuero tocara el césped. La jugada, sin embargo, no finalizó en gol, ya que Pauleta estrelló su cabezazo en el larguero.
Zinedine Zidane, que pasó en el Girondins su segunda etapa como profesional tras abandonar el Olympique de Marsella, fue el centro de los focos desde su llegada al estadio y la expectación se multiplicó por cien cuando saltó al césped. El ex ‘5’ madridista solo participó en el juego durante 44 minutos, fue sustituido por Rio Mavuba y se llevó una gran ovación de las más de 40.000 personas que abarrotaban las gradas del estadio.