Para los más de 200 ex presos políticos de Nicaragua que arribaron ayer a Washington, lo que están viviendo es increíble, “un sueño”; y “la oportunidad de abrazar a nuestras familias”, según lo han dicho con sus propias palabras Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga; quienes dejaron de ver a sus queridos durante años.
Ambos, conversaron con medios de comunicación que los abordaron tras el arribo a tierra estadounidense y reflexionaron sobre lo que vivieron durante el tiempo que estuvieron recluidos en el Chipote, la cárcel de máxima seguridad ubicada en Managua; y donde se encontraba la mayoría de los presos políticos.
Maradiaga quien fue ex candidato presidencial indicó que no podía responder con detalle a algunas preguntas, debido al aislamiento extremo que se vive en ese lugar, y destacó que pasó 20 meses sin tener noticias del exterior.
Es una situación que no se la deseo a nadie, creo que hay humanidad aún en lugares más extremos. Encontramos por lo menos en mi caso a personas que trabajaban dentro de esas instalaciones; que claramente son nicaragüenses igual que yo; con aspiraciones, con deseos, con temores probablemente con una fam, con una niña igual que la mía, con una madre, con abuelitas, y el sistema no nos permitía tener ningún tipo de conversación, pero eso sólo me hace reflexionar sobre la importancia de poner encima de cualquier diferencia política o partidaria la escencia de la humanidad, la dignidad de la persona humana sobre todo. Es la mayor reflexión que puedo dar en este momento”.
El hombre indicó que en su caso tenía tres años de no ver a su hija, “cuando la dejé tenía poco menos de 6 años, es todo lo que está en mi memoria en este momento, mi esposa, mi hija, mi madre”, indicó.
Finalmente agregó que gran parte de los detenidos, son aquellos que han ejercercido la libertad de prensa en Nicaragua: hay periódicos cerrados, también hay sacerdotes y religiosos encarcelados por su libertad de expresión.
“Esto es como un sueño, no puedo creer que esto esté ocurriendo”
Por su parte el también ex candidato a la presidencia Juan Sebastián Chamorro, esperaba con ansias el poder reunirse con su esposa y su hija, después de un año y ocho meses de encierro. “Esto es como un sueño, no puedo creer que todo esto esté ocurriendo”, dijo.
El también economista y empresario se refirió a lo que han indicado otros nicaragüenses en cuanto a continuar la lucha por la liberación del país. ” Al ser víctima de la injusticia y violación de los Dererechos Humanos y democracia, uno sale más comprometidos de la cárcel”.
Alegría agridulce
Por su parte el activista Alex Hernández, otro de los presos políticos que recobró su libertad, dijo en una grabación que es una alegría agridulce, debido a que finalmente salió de prisión pero lejos de seres queridos, ya que en algunos casos, las personas dejaron tienen a su familia en Nicaragua, a donde por ahora, no pueden regresar.
Así viven los presos políticos en Nicaragua
En noviembre de 2015, durante una exposición que una entidad de Derechos Humanos presentó en la Asamblea Legislativa de Costa Rica, detalles de la realidad que enfrentan los presos políticos en Nicaragua. Desde deterioro físico, enfermedades, y un aislamiento extremo que pone en riesgo su estado mental.
Los presos políticos, entre los que hay sacerdotes, estudiantes, campesinos, periodistas, empresarios y hasta excandidatos a la presidencia de Nicaragua, viven en condiciones inhumanas, según se ha documentado por estas instituciones y medios de comunicación.
Una parte de la exposición a la que se denomina “lo que no se puede ver”, muestra las afecciones que tienen algunos presos que a su criterio han sido sometidos a una especie de “tortura blanca”, que hace que el detenido pierda la identidad personal a través de largos períodos de aislamiento.
También había unos lentes “de realidad virtual” donde se dimensionó el tamaño de una celda en la cárcel de máxima seguridad en la que se encuentran la mayoría de los reos, en “el Chipote”, en Managua.
“Miras a través de tus ojos las celdas del Chipote. Hay dos literas, el hoyo donde hacen sus necesidades, arriba una luz encendida todo el día para que pierdan la noción del tiempo. Se escuchan ruidos, que son los mínimos, goteos, entre otras cosas”, explicó a la Voz de América, Alexandra López, de la entidad de Derechos Humanos.
De los 245 presos políticos que se estima están encarcelados en Nicaragua, 222 llegaron a Estados Unidos; los otros continúan en su país, entre ellos Monseñor Rolando Álvarez quien está en sistema penitenciario de Tipitapa; y quien según Daniel Ortega se habría negado a abordar el avión.