Durante la acreditación de la Semana Santa como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, las autoridades manifestaron interés para que más elementos culturales del país sean reconocidos.
Los elementos culturales nominados ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) fueron la técnica de los barriletes gigantes y el parque Tak’alik Ab’aj
Debido a que forman parte de la representación de la cultura e identidad guatemalteca, fueron electos por las autoridades guatemaltecas para ser nominados ante la Unesco.
El Gobierno informó que en los próximos meses se tendrá respuesta de la Unesco sobre la petición que fue entregada para el reconocimiento de los barriletes y el centro arqueológico, en Retalhuleu.
Parque arqueológico
El parque arqueológico nacional Tak’alik Ab’aj, contempla 39 estructuras y plazas abiertas asentadas sobre 10 terrazas.
Se estima que cuenta con mil 700 años de desarrollo ininterrumpido, los cuales lo distinguen de otras ciudades precolombinas por la diversidad de estilos culturales que alberga.
Otro dato relevante es que este parque documenta la transición cultural olmeca a maya temprano a través de una arquitectura importante que trasciende el paso del tiempo por medio de la cosmovisión indígena.
Barriletes gigantes
Cada 1 de noviembre son expuestos los barriletes gigantes en Sumpango, Sacatepéquez por pobladores de ese municipio, con los que transmiten un mensaje social y cultural, en los que van plasmados el respeto por las costumbres, tradiciones y amor a la madre tierra, de acuerdo a la creencia popular.
Según la tradición oral más antigua recogida en San Agustín Sumpango, los barriletes representan la unión del inframundo con el mundo de acuerdo con los criterios cosmogónicos de los indígenas de la comunidad.
Reconocimiento a la Semana Santa guatemalteca
Este domingo la Unesco entregó el reconocimiento que declara la Semana Santa guatemalteca patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Semana Santa es una celebración religiosa que se lleva a cabo en muchos países del mundo, pero en Guatemala es mucho más que eso.
Es un evento que combina la religión con la cultura y la tradición y que ha sido transmitido de generación en generación es una festividad que involucra a toda la comunidad y que se vive con mucha pasión y devoción, destacó la Unesco.