El bombardeo en Kfar Taal ocurre en medio de una ofensiva de las fuerzas oficialistas en Idlib, una provincia del noroeste de Siria y el último baluarte que le queda a los rebeldes, y en zonas bajo dominio rebelde en la cercana provincia de Alepo.
Un acuerdo de cese de hostilidades entre Rusia y Turquía, que apoyan bandos opuestos en el conflicto, entró en vigencia hace pocos días. Sin embargo, la violencia continúa.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y la agencia de noticias Step reportaron que nueve personas murieron en el bombardeo, entre ellos una familia entera: los padres y sus seis hijos. Ambas entidades culparon a la aviación rusa por el ataque.
La ofensiva oficialista ha desplazado a cientos de miles de personas, muchas de las cuales han huido a zonas cercanas a la frontera con Turquía. Docenas de combatientes de ambos bandos han muerto en la lucha.
En Idlib dominan extremistas vinculados a Al Qaeda. Viven ahí unos 3 millones de civiles, la ONU ha advertido sobre la posibilidad de una crisis humanitaria allí.