Estados Unidos ha vuelto a la retórica sobre la responsabilidad de China en la propagación del coronavirus. El embajador saliente del país norteamericano en China, Terry Branstad, ha afirmado que Pekín podría haber contenido el brote dentro de su epicentro, pero “la desinformación y el encubrimiento” de las autoridades locales hicieron que la crisis se volviera global.
“El sistema chino encubrió e incluso penalizó a los médicos que lo señalaron al principio, por lo que el resultado fue que lo que se pudo haber contenido en Wuhan terminó convirtiéndose en una pandemia mundial”, declaró el alto funcionario estadounidense en una entrevista.
“Creo que el sistema comunista de China y su falta de voluntad para admitir irregularidades fue lo que provocó que todo esto sucediera”, agregó Branstad. El embajador también culpó al Partido Comunista por el deterioro de las relaciones bilaterales entre las dos potencias.
Las declaraciones de Branstad se producen un día después de que las inversiones entre EE.UU. y China cayeran a su nivel más bajo desde 2011.
Este lunes, la sede diplomática estadounidense en el país asiático ha anunciado que Branstad dejará su cargo, que ocupaba desde 2017. En la entrevista con el medio estadounidense, el diplomático aseguró que estaba ansioso por regresar a casa y señaló que había permanecido en el cargo “más tiempo que los tres embajadores anteriores”.