Douglas Nicholls dijo que no quería llegar a ese punto, pero que las organizaciones que ayudan a las familias inmigrantes simplemente no tienen la capacidad para lidiar con el elevado número. Pidió al gobierno federal enviar recursos. El estado de emergencia no asigna recursos, sino que solicita ayuda federal.
“No es un desastre natural, pero es un desastre de todas formas”, dijo el republicano. “Sus recursos pudieran llegar y lidiar con el asunto de forma efectiva”.
Las ciudades fronterizas han registrado un alto número de familias provenientes de Centroamérica que son dejadas en libertad por las autoridades de inmigración al no tener recursos suficientes para procesarlas. Las autoridades de inmigración dicen que unas cien mil personas cruzaron la frontera en marzo y calculan llegar al millón para fin de año.
En el área de Yuma, la Patrulla Fronteriza ha visto una cifra abrumadora de familias inmigrantes presentarse en la frontera y entregarse. La mayoría son de Guatemala y muchas buscan asilo.
La municipalidad ayudó a coordinar la apertura de un albergue de emergencia que puede recibir a 150 personas. El martes, había 200 inmigrantes en el albergue y se esperaban más, dijo Nicholls. El alcalde teme que más inmigrantes terminen en las calles si no había espacio suficiente para ellos en el albergue.