Los negociadores del Congreso anunciaron un acuerdo el lunes por la noche para evitar otro cierre parcial del gobierno y financiar la construcción de nuevas barreras en la frontera con México, superando un estancamiento sobre inmigración que amenazaba con arruinar las conversaciones.
Los republicanos estaban desesperados por evitar otro cierre gubernamental que afectara su imagen. En principio accedieron a la asignación de mucho menos dinero para el muro fronterizo que los 5.700 millones de dólares que exigía el presidente Donald Trump para construirlo, y se arreglaron por casi 1.400 millones de dólares, de acuerdo con asesores legislativos.
Eso significa 88 kilómetros de nueva valla fronteriza, no muro de concreto, pero mucho menos que los 344 kilómetros que la Casa Blanca exigía en diciembre. La barrera sería construida en el Valle del Río Grande, en Texas.
Trump viajó el lunes a la ciudad texana de El Paso para un mitin enfocado en los problemas de migración y pasos fronterizos. Ha insistido repetidas veces en que el Congreso autorice el dinero para construir el muro, pero ya no ha afirmado que México debe pagarlo.