Casi 90 años después de que el fútbol masculino se hizo profesional en Argentina, las futbolistas argentinas siguen jugando como amateur: sin pago o con poca remuneración.
Macarena Sánchez quiere cambiar esta situación. Ahora.
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La futbolista de 27 años ha demandado a su club y a la Asociación del Fútbol Argentino para llegar a tener el estatus profesional. El caso podría establecer un precedente en el país de Lionel Messi y algunos de los mejores jugadores de todo el mundo, pero donde el fútbol sigue siendo visto mayormente solo como un juego de hombres.
“Quiero ser reconocida como jugadora profesional. Quiero que se me tome como una trabajadora del deporte y que eso abra las puertas para que otras chicas también puedan disfrutar del beneficio que es trabajar de lo que nos gusta: ser jugadores de fútbol, de lo que amamos”
dijo Sánchez a The Associated Press.
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Sánchez comenzó a jugar fútbol a los cinco años al ver a su padre jugar con sus amigos durante los fines de semana en la provincia de Santa Fe, donde nacieron Messi, Gabriel Batistuta y Jorge Valdano. Animada por su padre, refinó sus habilidades en un club local.
Durante un partido amistoso en Buenos Aires en el 2012, el técnico del UAI Urquiza la invitó a sumarse a su equipo, considerado uno de los mejores de Sudamérica.
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La selección nacional femenina de Argentina hace poco clasificó para el Mundial por primera vez en 12 años. Es poco probable que Sánchez vaya a ser incluida al equipo, que va rumbo a Francia, y la acción legal no involucra a la selección nacional.
Pero incluso las jugadoras de la selección han tenido problemas financieros. En 2017, se fueron a la huelga luego de que no les pagaran sus estipendios, de unos 10 dólares. También carecen de lugares adecuados para cambiarse de ropa, por un tiempo entrenaron en una cancha de tierra, y muchas veces se ven obligadas a viajar largas distancias para jugar un partido y regresar el mismo día para ahorrar dinero en hotel.
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Y mientras la liga argentina masculina atrae miles de hinchas y gana millones de dólares, una jugadora de uno de los mejores clubes se ve obligada a dividirse en dos para jugar fútbol y trabajar para sobrevivir.