Equipado con los insumos de higiene y protección necesarios, un sacerdote se dispuso a partir de este martes otorgar el sacramento de la reconciliación a los feligreses que así lo requieran.
Se trata del padre Mario Domínguez, asignado a la Catedral de Xela.
Aunque el templo ha permanecido cerrado debido a la pandemia del Covid-19, el religioso decidió adoptar una serie de medidas para continuar con su labor y permitir que los fieles puedan confesarse.
Un atril cubierto con un nailon transparente impide el contacto entre el párroco y el católico que acude en busca de perdón para sus pecados. Además, es requisito indispensable el uso de mascarilla, mientras que el sacerdote cuenta con su kit de limpieza, el cual incluye un rociador con desinfectante.
Según se dio a conocer, el religioso atenderá a los fieles los martes, jueves y sábados, de 10:00 a 12:00, en el atrio de la iglesia.