En Los Ángeles está permitido dormir en un vehículo en algunas calles, pero a medida que ha crecido el número de camperes se hace más difícil hacer cumplir las restricciones. Las casas rodantes grandes e inmóviles requieren grúas igual de grandes para su desalojo y el destruir una de estas en mal estado, que pueda contener sustancias químicas nocivas, puede costar hasta US$9 mil por vehículo.
El Condado de Los Ángeles ha registrado en uno de sus informes Soluciones sostenibles para ayudar a las personas sin hogar que viven en vehículos recreativo el problema de las casas rodantes y las posibles soluciones. El número de vehículos de este tipo en las calles ha aumentado en más del 50% desde aproximadamente 4,500 en 2018 a más de 7,100 en el último recuento entre 2,022 y 2,023.
Una de las medidas que implementó al asumir el cargo de alcaldesa Karen Bass, fue declarar el Estado de Emergencia en relación con las personas sin hogar. Su primer objetivo no fueron las casas rodantes, sino las tiendas de campaña. Su administración ha trasladado a más de mil personas a alojamientos temporales en moteles, según declaró el funcionario administrativo Paul Krekorian.
No voy a dejar a la gente en la calle mientras construimos”, declaró Bass.
En cuanto al programa de las casas rodantes, un programa piloto en un distrito del ayuntamiento ha conseguido, en unos 15 meses, trasladar a 41 camperes a viviendas permanentes. “Es por eso que en nuestro programa se utilizará como modelo en toda la ciudad, representado en el presupuesto 2023-2024, aprobado en mayo de 2023” indicó la concejala Mónica Rodríguez en el que el presupuesto de la ciudad incluye US$1,300 millones para la lucha contra la falta de vivienda.