Las protestas continúan en Ecuador. Después de que el presidente del Gobierno, Lenin Moreno, decretara el estado de excepción. Las manifestaciones en contra de la subida de los precios del combustible y la gestión del gobierno han continuado, así como los enfrentamientos con la policía.
Los reclamantes han cortado varias avenidas centrales en el norte de Quito, la capital del país, y han tomado control del edificio de Gobernación en la provincia de Bolívar. La violencia en los enfrentamientos con las fuerzas policiales ha aumentado, registrándose un muerto a causa de un atropello que según indican se registró por parte de la policía.
El Ministro de Defensa del país, Oswaldo Jarrín, defendió la actuación policial y puntualizó que las detenciones reportan a 477 que tenían relación con actos de vandalismo entre las protestas. Las clases han sido suspendidas en algunas regiones del país andino, y el transporte público ha estado detenido.
“Rechazamos las versiones del ministro de Defensa y del Gobierno que nos han calificado como delincuentes y terroristas”, declaró el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Jaime Vargas, además de manifestar su rechazo a las medidas de la administración de Moreno, porque “atropellan el bolsillo de los ecuatorianos”.
Muchos grupos de indígenas se han movilizado hacia la capital del país para reivindicar los derechos colectivos del pueblo. Vargas manifestó que solo negociarán con el gobierno cuando las marchas lleguen a Quito y que no lo harán a “e spaldas del pueblo”.
Las protestas populares comenzaron el 4 de octubre cuando los sindicatos convocaron un paro nacional, respondiendo al acuerdo de Moreno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que supuso el aumento del 123% del precio de los combustibles.