En apenas dos meses, el famoso exjuez Sergio Moro, pasó de ser el ministro estrella del presidente Jair Bolsonaro a una figura desdibujada, con su presunta independencia para actuar dentro de la cartera de Justicia y Seguridad Pública de Brasil seriamente amenazada.
Cuando en noviembre pasado Bolsonaro lo confirmó en el cargo, el mandatario ultraderechista había prometido darle “carta blanca” para desempeñarse en el gobierno. Sin embargo, Moro, quien construyó su popularidad tras haber condenado al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción en 2017, quedó opacado luego de una serie de episodios en las últimas semanas que lo mostraron rendido ante Bolsonaro.
El último hecho fue la revocación este viernes del nombramiento de Ilona Szabó, una especialista en política criminal que iba a actuar como asesora suplente en un órgano consultivo gubernamental.
Szabó, directora del Instituto Igarapé, una ONG que se especializa en la elaboración de políticas de seguridad, había sido nombrada este miércoles para ocupar un cargo voluntario, sin funciones dentro del gobierno, en el Consejo Nacional de Política Criminal y Penitenciaria.
Una vez que se hizo público el nombramiento, Moro comenzó a ser cuestionado en las redes sociales por seguidores del presidente ultraderechista debido a que Szabó tiene posicionamientos contrarios al gobierno en temas como la flexibilización en el acceso a armas y la política de drogas. La especialista, además, se había posicionado en contra de la candidatura de Bolsonaro en las últimas elecciones.
Luego de que creciera la polémica, Moro retrocedió y, bajo presión del presidente, retiró a Szabó un día después de haberla nombrado.
Por su parte, Szabó dijo que “la pluralidad” fue derrotada. “Lamento no poder asumir debido a la acción extrema de grupos minoritarios. El país debe superar la intolerancia”, opinó la especialista.