La verdadera magnitud de las infecciones de coronavirus en China es actualmente imposible de rastrear.
Las autoridades sanitarias del país advirtieron de una rápida propagación tras el abandono de la política Covid cero.
El gigante asiático flexibilizó la semana pasada los requisitos de test masivos y cuarentena tras casi tres años intentando erradicar por completo el virus.
Sin embargo, las cifras oficiales de contagio cayeron rápidamente desde los niveles récord que se alcanzaron el mes pasado.
Buscan medidas
La Comisión Nacional de Salud indicó que estas cifras ya no reflejan la realidad dado que en grandes áreas del país ya no es necesario someterse a pruebas casi cotidianamente como antes.
A pesar de ello, los líderes chinos parecen determinados a seguir adelante con la apertura y las autoridades turísticas de Beijing dijeron el martes que van a reanudar las visitas en grupo dentro y fuera de la capital.
Tercera edad
El país se enfrenta a un estallido de casos para cuya gestión está poco preparado, con millones de ancianos todavía sin la pauta de vacunación completa.
Además, los hospitales no cuentan con recursos para lidiar con un flujo inesperado de pacientes infectados.
Las autoridades dijeron el miércoles que empezarían a permitir que algunos grupos vulnerables, incluidos los mayores de 60 años.
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“Estoy aquí con un miembro mayor de mi familia, lleva casi 10 días seguidos con fiebre, así que venimos a hacerle un chequeo”, dijo uno de los usuarios.
En Beijing ya se permite la reapertura de restaurantes, tiendas y parques, pero los residentes no encuentran sencillo el camino para convivir con el virus.
Muchos de los que tienen síntomas han optado por automedicarse en casa, mientras que otros se están quedando en casa para protegerse del contagio.
Las empresas también están pasando apuros mientras Covid-19 arrasa entre la población y afecta a su plantilla. Como consecuencia, las calles de la capital están prácticamente vacías.