Los socorristas se apresuraban el martes para rescatar a los damnificados que se aferraban a los árboles y se amontonaban en los tejados mientras las aguas subían rápidamente, después de que un ciclón desencadenara inundaciones devastadoras en Mozambique, Zimbabue y Malaui. Más de 238 personas murieron, cientos han desaparecido y miles más corren peligro de morir.
″Ésta es la peor crisis humanitaria en la historia reciente de Mozambique”, dijo Jamie LeSueur, jefe de los equipos de respuesta en Beira de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Al menos 400.000 personas se quedaron sin hogar.
Las operaciones de rescate se concentran en el aeropuerto de Beira, uno de los pocos lugares de la ciudad que tiene comunicaciones, añadió. Beira es una ciudad portuaria de Mozambique con 500.000 habitantes.
Los trabajadores humanitarios dijeron que el veloz ascenso del nivel del agua ha creado un “océano interior” en Mozambique que pone en peligro a decenas de miles de familias. Los equipos de urgencia trataban de rescatar a los supervivientes del ciclón Idai, arrojando por aire alimentos, agua y mantas.
El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, dijo que la cifra de fallecidos por el ciclón y las inundaciones podría alcanzar las 1.000 personas.
Las inundaciones son las más destructivas en la región registradas en 20 años, según los equipos de emergencias. Se pronostica que las fuertes lluvias continuarán hasta el jueves.
“Ésta es una gran emergencia humanitaria que se agrava hora por hora”, dijo Herve Verhoosel, del Programa Mundial de Alimentos. Grandes cantidades de personas “abarrotan los techos y los terrenos elevados en las afueras del puerto de Beira”, agregó.
Los ríos crecidos Pungue y Buzi han inundado enormes extensiones de Mozambique y han creado “océanos interiores que se extienden por kilómetros en todas las direcciones”, dijo Verhoosel. Las represas estaban entre 95% y el 100% de su capacidad.