La violencia contra los uniformados colombianos no cesa.
El martes murieron dos policías más tras un ataque perpetrado por un desconocido que les disparó mientras almorzaban en Nariño, al suroeste del país. El gobernador de ese departamento, Carlos Romero, dijo a The Associated Press que se trató de un sicario que les pegó varios tiros y luego escapó a bordo de una motocicleta, donde otro hombre lo esperaba. Según Romero, los hechos fueron sorpresivos para las autoridades porque la zona suele ser tranquila.
En la víspera ocurrió algo similar en Arauca, al este de Colombia, donde murieron dos policías y un guardia resultó herido. Según dijo a la prensa el martes Juan Carlos Buitrago, director de la policía aduanera, es posible que el autor intelectual de aquel ataque haya sido uno de los cabecillas de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).