La primera ministra británica Theresa May elogió el lunes el “espíritu y determinación” de la gente de la ciudad inglesa de Salisbury en el primer aniversario del ataque a un ex espía ruso con una sustancia neurotóxica.
El envenenamiento de Sergei Skripal y su hija, Yulia, representó la primera ocasión en que se utiliza un agente neurotóxico en suelo británico. El ataque del 4 de marzo de 2018 provocó un bloqueo diplomático y aumentó las tensiones entre Gran Bretaña y Rusia a niveles que no se habían visto desde la Guerra Fría.
También repercutió en los negocios de la ciudad, que atrae a los turistas por su catedral medieval y el aledaño monumento antiguo de Stonehenge. No fue sino hasta la semana pasada que la policía declaró que las labores de descontaminación en Salisbury se habían completado.
“Lo que he visto hoy en Salisbury es un enorme espíritu y determinación de la gente”, comentó May.
“Ha sido un año difícil para ellos y particularmente complicado para las víctimas directas del ataque imprudente que ocurrió en las calles de Salisbury y del uso de un arma química, un agente neurotóxico, en nuestras calles”, agregó.
Sergei Skripal _un agente del servicio de inteligencia militar de Rusia que posteriormente se volvió en un colaborador para Gran Bretaña_ y su hija fueron encontrados inconscientes sobre una banca de un parque tras haber estado expuestos a la neurotoxina Novichok.