La medida anunciada por la prensa estatal brinda estatus legal a los miles de cubanos que crearon redes digitales caseras con equipos introducidos de contrabando, lo que era ilegal pero generalmente tolerado por las autoridades en los últimos años.
Si bien la nueva regulación permite a la gente conectarse al internet con sus propios equipos y compartir la señal con otros, no afecta el control estatal del internet mismo.