La oposición venezolana, encabezada por el autodeclarado presidente interino Juan Guaidó, movilizó desde temprano camiones con alimentos y medicinas en algunos puntos fronterizos, y aunque hubo unos primeros reportes de que se había logrado introducir algunos cargamentos por Brasil, los vehículos se quedaron en los puntos limítrofes.
Por la tarde, dos camiones que habían entrado a territorio venezolano en la frontera con Colombia fueron incendiados -según algunos testigos por guardias nacionales- y la gente tuvo que movilizarse para intentar rescatar las cajas con la ayuda humanitaria.
Los enfrentamientos comenzaron temprano en la localidad venezolana de Ureña, fronteriza con la ciudad colombiana de Cúcuta, cuando los militares de la Guardia Nacional lanzaron gases lacrimógenos contra la gente que intentaba llegar al puente fronterizo. Médicos en el lugar reportaron un par de docenas de heridos, pero ningún fallecido.
Más tarde, sin embargo, se registraron otros enfrentamientos en la localidad suroriental de Santa Elena de Uarién, cercana a la frontera con Brasil, donde una médico dijo a The Associated Press que dos manifestantes fallecieron y otros 18 resultaron heridos.
Maduro ha dicho que el intento de meter la ayuda humanitaria es un pretexto para una intervención militar extranjera.
Al grito de “traidores” y “vende patria”, decenas de transeúntes, que acostumbran pasar a diario desde Ureña hasta Cúcuta, increparon a los guardias nacionales por bloquearles el paso.
En San Antonio del Táchira, la mayor localidad fronteriza del lado venezolano, también se dieron expresiones de malestar entre los habitantes por el cierre de las vías.
“Ojalá que acabaran de venir los gringos de una vez”, afirmó José Alberto Jiménez, un vendedor de café y cigarrillos que trabaja en la frontera, al quejarse de la acción de los militares venezolanos y la profunda crisis que azota al país suramericano. “Nosotros estamos huyendo de Venezuela para sobrevivir”, agregó.
El momento crítico tanto para el gobierno de Venezuela como para la oposición se produce exactamente un mes después de que el legislador de 35 años Juan Guaidó se declaró presidente interino bajo la constitución delante de miles de partidarios jubilosos. Aunque ha ganado respaldo popular y ha sido reconocido por 50 naciones, no ha sellado el respaldo de las fuerzas armadas, cuya lealtad es considerada crucial para derrocar a Maduro.
Líderes internacionales, incluyendo el secretario general de la ONU Antonio Guterres han llamado a ambas partes a evitar la violencia cuando la oposición trate de cruzar con la ayuda alimentaria y de medicinas puentes que las autoridades venezolanas cerraron el viernes por la noche. En previas olas de disturbios, ciudadanos han sido atacados con gas lacrimógeno e incluso matado durante protestas.