Un juez en El Paso, Texas, escucha las audiencias a través de videoconferencia en Brownsville, casi a 1.120 kilómetros (700 millas) de distancia. Otros cinco jueces que escuchan los casos se encuentran en el centro de detención Port Isabel, una prisión del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) aledaña a Brownsville.
Los tribunales en carpas comenzaron a funcionar hace unas semanas para procesar algunos de los 42.000 casos de migrantes que fueron obligados a quedarse en México bajo los Protocolos de Protección de Migrantes del gobierno del presidente Donald Trump. Varios migrantes han dicho que han sido atacados y extorsionados en territorio mexicano.
El gobierno estadounidense no permite la entrada a observadores a los tribunales de carpas, alegando cuestiones de seguridad. El ICE no ha dicho si los permitirá en Port Isabel.