Estados Unidos y China reanudaron el jueves las conversaciones de alto nivel para tratar de aliviar una guerra comercial que ha enervado a inversionistas en todo el mundo y empañado el panorama de la economía global.
La delegación china, encabezada por el viceprimer ministro Liu He, se reunió con el equipo liderado por el representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer. En el grupo están además el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; el de Comercio, Wilbur Ross; Larry Kudlow, asesor económico de la Casa Blanca, y Peter Navarro, asesor comercial de la presidencia.
Las delegaciones se sentaron en lados opuestos en una mesa larga en un salón del Edificio de Oficinas Ejecutivas Eisenhower, dentro de los terrenos de la Casa Blanca. Ningún funcionario hizo comentarios públicos.
Las dos mayores economías del mundo están inmersas en una guerra comercial que comenzó cuando el presidente Donald Trump acusó a China de empelar tácticas predatorias para intentar derrocar el dominio tecnológico de Estados Unidos. Según los analistas, las técnicas desleales de Beijing incluyen presionar a empresas estadounidenses para que entreguen secretos comerciales y, en algunos casos, robarlos.
Para intentar obligar a China a cambiar sus tácticas, Trump impuso nuevos aranceles a importaciones chinas valoradas en cientos de miles de millones. Beijing respondió con sus propios aranceles. Las autoridades chinas rechazan las acusaciones y se quejan de que el objetivo de Washington es frenar su ascenso porque son rivales económicos.
El gobierno de Trump advirtió que el 2 de marzo aumentará los impuestos a importaciones por importe de 200.000 millones de dólares del 10 al 25% si no llegan a un acuerdo antes. En los últimos días, el mandatario estadounidense apuntó que podría estar dispuesto a ampliar el plazo si los negociadores logran avances.