Tendrían la capacidad de distinguir entre familia y amigos a través de la risa.
Un reciente estudio de la Universidad de Nueva York y UCLA señaló que los bebés de tan sólo cinco meses pueden diferenciar la risa de amigos y la de desconocidos. La investigación sugiere que ya a muy temprana edad tendríamos la capacidad para detectar la naturaleza de las relaciones sociales a nuestro alrededor.
En la ciencia se establece que tanto la risa por sí sola como la risa simultánea entre dos o más personas permite a los oyentes adultos en diferentes culturas e idiomas evalúen rápidamente la naturaleza de las relaciones en las personas. A partir de esto, el equipo de las universidades de Nueva York y California buscaron detectar si esta habilidad se presenta en bebés.
Para hacerlo, examinaron cómo los niños de cinco meses procesaban intercambios de adultos, tanto familiares como extraños y midieron cuánto tiempo escuchaban estos sonidos así como la atención en su mirada.
Los investigadores predijeron que si los bebés reconocen el contexto social que era apropiado para cada tipo de risa, mirarían durante más tiempo aquellas interacciones que les resultaban no habituales, es decir, entre desconocidos. Los resultados mostraron precisamente esto: los pequeños se detuvieron más tiempo observando la interacción social si la risa no era congruente con la relación que observaban.
Según Athena Vouloumanos, autora principal del estudio explicó en Scientific Reports que “la sensibilidad de los bebés a los diferentes tipos de risa podría ser una de las primeras herramientas emergentes que utilizan para comprender y navegar el complejo mundo social”. “Los ejemplos de risa compartida pueden revelar una gran cantidad de información sobre las relaciones de las personas, para los bebés de hasta cinco meses de edad”.
“La capacidad de evaluar rápidamente las características acústicas en la risa que revelan las relaciones sociales entre individuos aparece en una etapa temprana de la infancia y podría ser el producto de un sistema de detección de afiliación adaptativa”, concluyen los autores del estudio.
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