Un experto en inteligencia emocional entregó la fórmula para que no te gane la pereza y puedas sacar adelante todos tus proyectos.
De entre todos los pecados capitales, si hay uno que nos acaba pasando factura a corto plazo ese es el de la pereza. Y este a su vez conlleva que en determinadas ocasiones dejemos las cosas a medio terminar o ni siquiera las empecemos cuando se supone que hay que hacerlas. Esto, al fin y al cabo, es más o menos lo que define a una persona que suele postergar todas las tareas hasta dejarlas para el último momento.
Si te sientes identificado y quieres deshacerte de la procrastinación para encarar mejor tu vida o buscar una forma de desprenderte de la pereza, basta con saber implementar unas técnicas de inteligencia emocional que hagan frente a este errático comportamiento que te impide avanzar en tus proyectos.
Justin Bariso, uno de los mayores expertos internacionales en inteligencia emocional, ha descrito algunas de sus técnicas mentales para hacer frente a la procrastinación que, según su teoría, no es más que un conjunto de excusas basadas en nuestras inseguridades que impiden que nos realicemos entrando en un círculo vicioso de aplazamientos y compromisos incumplidos.
“Dilatar demasiadas cosas hace que la vida sea mucho más laboriosa y pesada de lo que debería ser”, asegura en un artículo de la revista Inc. “También hace que todo sea mucho menos divertido, porque aumenta la ansiedad y las preocupaciones que nos implica realizar las tareas de manera correcta y a tiempo, en lugar de simplemente hacerlas”, agrega.
Cinco pasos para evitar la procrastinación
Según el experto, el primer paso para ser más diligente y dejar de aplazar planes o proyectos es básicamente reconocerlo. Y, en segundo lugar, identificar y comprender por qué tiendes a hacerlo, dando varias explicaciones: ya sea por miedo (de hacer algo que no disfrutas o que te supone demasiado esfuerzo), orgullo (pensar que eres tan productivo que necesitas dejarlo todo para mañana) o ansiedad (estar tan cansado hasta el punto de no pensar en otra cosa que no sea descansar). Lidiar con todas estas sensaciones es el primer paso para afrontar este problema que tienes instalado y que en un primer momento te parecerá incurable.
“La ansiedad es natural”, afirma Bariso. “Pero, ¿puedes establecer un límite de tiempo para descansar, aunque sea 15 o 20 minutos? De lo contrario, acudirás corriendo al agujero negro del ‘feed’ de YouTube y tu ansiedad dará lugar a más ansiedad”, añade. Otra de las características más comunes que tienen en común los perezosos es que tienden a hacer las cosas más tarde. Algo que no necesariamente choca con la rapidez que tardas en completar una tarea, sino más bien la lentitud con la que te pones a hacerla o la tardanza que empleas para ella.
Otro de los trucos para hacer frente a la procrastinación es el hecho de apuntar las tareas en un calendario en vez de en un diario. La teoría de Bariso estriba en que si agregas asuntos pendientes en un calendario en vez de en una agenda, serán mucho menos difíciles de evadir por una mera cuestión de formato. La agenda de tareas puede llegar a ser descorazonadora de cumplir, pues se van acumulando una a una hasta formar una lista interminable, mientras que en el calendario hay mucho menos espacio y los días dedicados a cada una de ellas van pasando más rápido.
Por último, el experto en inteligencia emocional aconseja aplicar la regla de los cinco minutos, la cual como su propio nombre indica consiste en concentrarse mucho en algo solamente durante este corto período de tiempo. “Oblígate a trabajar en algo durante solo cinco minutos, teniendo en cuenta que puedes dejar de hacerlo una vez pasado este lapso de tiempo”, recalca Bariso.
“Este simple truco mental sirve para arrancar, lo que quiere decir que es posible que a menudo permanezcas concentrado más allá de este corto período de tiempo”, explica. Como es obvio, si es una tarea que implica razonar en profundidad, es posible que los cinco minutos se te queden cortos, de ahí la probabilidad de que pases más tiempo enfocado en lo que estás haciendo. Primero debes obligarte, y una vez que estés concentrado, ya no podrás parar.
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