El papa Francisco ya se encuentra en Bangkok, Tailandia. Este jueves dió comienzo su séptimo viaje de este año, el cual es también el más largo y el más esperado. Posterior a su visita de tres días en el dicho país del sudeste asiático en donde busca apoyar a la minoría católica del país y fomentar el diálogo interreligioso cumplirá al fin su sueño de volver a Japón, un país que, como buen jesuita, le despierta una especial fascinación.
Como suele hacer en los viajes largos, el Papa ha aprovechado para incluir otra parada antes del destino final, que en este caso ha sido Tailandia para conmemorar el 350 aniversario de la primera misión dependiente directamente del Vaticano bajo el papa Clemente IX en 1669. Allí, en el aeropuerto, le ha recibido su prima y amiga de la infancia, Ana Rosa Sivori, una monja de 77 años que ha trabajado durante más de cincuenta años en escuelas tailandesas y será su traductora oficial.
En Tailandia se reunirá con el primer ministro tailandés, el general golpista Prayut Chan-ocha; así como con el patriarca supremo budista y el rey Vajiralongkorn. También celebrará una multitudinaria misa en el Estadio Nacional de Bangkok y otra, el viernes, en la catedral de la Asunción.