Jessica Teeling, profesora de neuroinmunología experimental, Universidad de Southampton, que no participó en el estudio, comentó:
“La investigación muestra que las personas con un alto riesgo de desarrollar demencia, en función de su genética, pueden reducir su riesgo de disminuir los síntomas clínicos, llevando un estilo de vida saludable. Estos hallazgos pueden explicarse en parte por los efectos antiinflamatarios, que respaldan estudios previos que han identificado la inflamación como un factor clave para la demencia. Un punto crítico que hay que remarcar es que este es un estudio retrospectivo en personas de ascendencia europea y el puntaje de estilo de vida se basa en la autoinformación. La demencia es el resultado de una enfermedad neurológica progresiva que se desarrolla durante muchos años.
Este estudio no nos dice si un estilo de vida saludable temprano o posterior determina un riesgo reducido. Tampoco nos dice si la exposición a otros factores, como la enfermedad crónica de las encías, influye en el riesgo de desarrollar demencia. Se necesitan estudios longitudinales de seguimiento para abordar estas preguntas “.
Tara Spiers-Jones, líder del Programa del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido, y Directora Adjunta del Centro para el Descubrimiento de Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, y que no participó en el estudio, dijo:
“Este estudio indica que un estilo de vida saludable puede compensar el riesgo genético de desarrollar demencia. Este es un estudio grande y bien realizado que se suma a la evidencia previa que sugiere que llevar un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de demencia. Si bien este estudio bien conducido se suma a los datos que sugieren que un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la demencia en muchas personas, es importante recordar que algunas personas desarrollarán demencia sin importar qué tan saludable sea su estilo de vida. Necesitamos más investigación sobre los cambios cerebrales que causan las enfermedades que subyacen a los síntomas de la demencia para desarrollar prevenciones y tratamientos efectivos para todas las personas afectadas por la demencia”.
Carol Routledge, Directora de Investigación de Alzheimer’s Research UK que tampoco participó en el estudio, aclaró:
Estos hallazgos importantes sugieren que los cambios en el estilo de vida pueden beneficiar a todos, independientemente del riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer de una persona. Un estilo de vida saludable incluye mantenerse físicamente activo, comer una dieta saludable, beber dentro de las pautas recomendadas y no fumar.
Esta es una evidencia más de que hay cosas que todos podemos hacer para reducir nuestro riesgo de desarrollar demencia; sin embargo, las investigaciones sugieren que solo el 34% de los adultos piensa que esto es posible.
Lamentablemente, dado que la genética todavía juega un papel importante para influir en el riesgo de la enfermedad de Alzheimer, siempre habrá personas que aborden muchos o todos estos factores del estilo de vida y aún desarrollen la enfermedad. Si bien no podemos cambiar los genes que heredamos, esta investigación muestra que cambiar nuestro estilo de vida todavía puede ayudar a apilar las probabilidades a nuestro favor, concluye la experta.
Con información de Muy Interesante