Frenar el cambio climático ha sido una lucha constante durante años, ya que implica una inversión considerable para cambiar múltiples mecanismos que lo hagan posible.
Los pedidos de grandes potencias para que las economías en desarrollo aceleren la transición energética, incrementa pero la falta de dinero ha sido un obstáculo.
Cambiar de fuentes de energía contaminantes a limpias requiere de millones de dólares que estos países necesitan destinar para atender las necesidades de sus poblaciones a corto plazo.
Limitar la cantidad de recursos que puede derivar un problema como el calentamiento global, puede darse pero a medio y largo plazo.
Según temen los científicos, la solución podría llegar cuando el daño al planeta podría ser irreparable.
Propuesta
Sin embargo, una iniciativa puesta en marcha recientemente parece estar abriendo la puerta para que este proyecto sea una realidad.
Su objetivo es que las economías en desarrollo cuenten con el dinero necesario para poder alejarse del uso de combustibles altamente contaminantes como el carbón y lo sustituyan por fuentes energéticas sostenibles.
Se trata de los acuerdos de Asociación para una Transición Energética Justa (ATEJ).
Estos convenios han sido suscritos hasta la fecha por el llamado Grupo de Socios Internacionales.
Lo integran la Unión Europea y varios países ricos como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón, Noruega y Dinamarca.
Y tres economías en desarrollo: Sudáfrica, Indonesia y Vietnam, las cuales se espera que reciban en conjunto unos US$44.000 millones durante un plazo de tres a cinco años como estímulo para que adelanten la transición energética.
Aunque la propuesta aún está en marcha, los expertos visualizan un panorama favorable, no solo económicamente sino en materia ambiental.
Vietnam fue el último país en firmar estos acuerdos durante la cumbre UE-ASEAN en este mes.
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Cambio climático
El cambio climático hace referencia a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos.
Estos cambios pueden ser naturales, pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático.
Este se origina principalmente por la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, lo que produce gases que atrapan el calor.