Marineros en un velero de carga de 43 metros de eslora equipado con una grúa se desplazaron desde Hawai hasta el corazón del Océano Pacífico, donde retiraron la carga formada en su mayor parte por redes de pesca de plástico como parte de un esfuerzo para librar a las aguas de las redes en las que se enredan las ballenas, las tortugas y los peces, y que dañan los arrecifes de coral.
Los voluntarios del Ocean Voyages Institute, una organización sin fines de lucro con sede en California, extrajeron las redes abandonadas de un sitio en el que convergen corrientes oceánicas con un patrón circular entre Hawai y California durante su expedición de 25 días, anunció el viernes Mary Crowley, fundadora del grupo.
El organismo es uno de un puñado de organizaciones sin fines de lucro que trabajan para recolectar la basura de plástico en aguas abiertas del océano, una empresa que puede ser peligrosa, cara y que consume tiempo.
“Nuestro éxito debería servir como ejemplo para efectuar operaciones de limpieza de mayor tamaño y para inspirar limpiezas por todo el Océano Pacífico y en todo el mundo. No es algo que necesitemos aguardar para realizarlo”, afirmó Crowley.
El buque de carga regresó el 18 de junio a Honolulu, donde 2 toneladas de basura plástica fueron separadas de las redes de pesca y donadas a artistas locales para que la transformen en obras de arte con el fin de educar a la gente acerca de la contaminación de los océanos con plásticos. El resto de los residuos fue entregado a una planta de energía de cero emisiones que los incinerará y los convertirá en energía, señaló.