Dorian, es un joven de 17 años, oriundo del municipio de Catacamas, departamento de Olancho en Honduras. Creció con las historias de bandas criminales que se llevaban a los niños para traficar sus órganos.
Mientras iba creciendo, las historias se volvían una cercana realidad. El miedo aumentó cuando su hermana se volvió madre de tres niñas. Juntos, tomaron la decisión de salir de su país, para buscar un lugar seguro.
Salimos hace un mes hacia México, no queremos llegar a Estados Unidos, ni siquiera tenemos un país de destino, lo único que no queremos es regresar al peligro donde viviamos”, dijo Dorian.
Esta familia hondureña, se encontraba en la Casa del Migrante, ubicada en la zona 1 capitalina. Esperaba un taxi para regresar a Honduras. No se pudo quedar en México ni en Guatemala, porque carecían de documentación de las menores e indicaron que “estaban cansados y sin dinero”.
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- Lugar donde vive Dorian y su hermana
“El retorno será temporal” indicaron. Dorian contó al equipo periodístico de TN23 que las niñas se quedarán con una familiar, pero que Dorian, regresará a buscar en otro país, otra oportunidad de vida.
Iré a otro lugar que no sea Honduras”, aseguró antes de abordar un taxi.
Tráfico de órganos
Desde el año 2008, Honduras figura entre los países latinoamericanos implicados en el tráfico de órganos, según lo reveló un informe de las Organización de las Naciones Unidas.
Según el documento hay “una oferta descarada” de órganos en páginas de internet, donde al mismo tiempo se negocian casas, carros y artículos de primera necesidad de Honduras.
La investigación del organismo internacional indica que lo más vendido son los riñones y los hígados, cuyos precios oscilas entre 120 mil y 150 mil dólares cada uno.
Otros países en Latinoamérica como Argentina, Brasil, Honduras, México, Perú, registran tráfico de órganos. La Policía Brasileña logró desarticular a una de las bandas más grandes de tráfico de órganos conformadas por 11 personas. Supuestamente venían los órganos de Latinoamérica en Sudáfrica.